¿Coordinar gremios en una reforma?
Así dicen que abaratamos…
Tanto si eres manitas como si las reformas te revuelven el estómago conviene que como inversor conozcas los aspectos básicos de cada partida.
Porque querremos hacer reformas eficientes, ¿no? Esta es la manera fina de decir barato. Aro, así luego podremos fardar con los roces, los caschoncasch o las plusvalías si hacemos flipping. Flipao estoy yo con tanto palabro inglés…
Se dice que una buena forma de abaratar la reforma es contratar los gremios de forma separada. Y puede ser verdad en muchos casos…peeeeeroooo…no siempre ahorrar dinero es lo mejor. ¿No me crees?
En mi última reforma hice de litri. El torero no, el de los cables. Pagué la ayuda de albañilería, es decir, el trabajo más físicamente demandante y sucio:
Hacer las rozas. Surcos en las paredes para que los tubos queden escondidos
Poner cajillos. Colocar las cajitas negras donde luego se acaban metiendo enchufes e interruptores
Fijar cajas de derivación. Las cajitas donde se conectan los cables, normalmente en la parte alta de las paredes
Dejar fijado el cuadro. Preparadito para que se monten finalmente las protecciones.
Y meter los tubos corrugados…esos negros con forma de acordeón por donde luego se meterán los cables.
Esto lo hace el albañil; hasta aquí bien definida la partida. Mejor eso que otro anglicismo.
Entonces, ¿el chispas qué hace? Porque además tiene un coste alto. Hace algo, ¿no? Aro, aro…
…diseña la instalación, esto es, indica el recorrido, número y sección de los tubos, antes de que el albañil empiece a generar polvo.
…luego cablea; mete los cables con los grosores adecuados en los tubos corrugados.
…realiza las conexiones en las cajas de empalme o derivación,
…deja finalizado el cuadro eléctrico con sus protecciones a base de magnetotérmicos y diferenciales. ¿Te acuerdas de aquello de “han saltado los plomos”? Pues eso.
…y finalmente deja montaditos las tomas, interruptores y luminarias, y comprueba que todo funciona.
Como soy muy de meterme en el papel, el primer día hago el diseño y le doy al reformista un plano con el detalle del número y tipo de corrugados que unen las cajas y estas con los puntos finales. Todo numeradito y hasta con colores. Pero ahí no queda la cosa…marco en las paredes la misma información. Y me voy, que eso es lo que hacen los electricistas cuando empiezan a pegar porrazos. Marcan y marchan.
Y vuelven para meter los cables. Así que allí estaba yo, con mis clemas, un pelacables nuevo, guantecitos…hasta una crimpadora esta vez. Un poquito de por favor, siempre bien preparaito, que no se diga. Y me pasan tres cosas.
Lo primero que veo es que entre dos cajas van cinco tubos en vez de los dos que había previsto. Cojo al albañil. “Pero, amoavé…no te he dado el plano? Aquí iban dos y en la otra tres”. Él me mira recordando que la última vez que vio ese folio fue cuando se quedó sin papel higiénico…pero debía raspar mucho y no lo usó al final…Respuesta: “es que esas dos cajas están más cerca”.
O sea, que hizo lo que le salió de las narices por una cuestión de…cercanía.
Ya estaba todo tapado así que decidí que no mandaría rehacerlo. Pero ya empieza uno con mal rollo. Metería más cables en esa caja, pequeña para tanto conductor, así que mayor dificultad para conectar. Más esfuerzo por mi parte…
El segundo día acabo subiéndome por las paredes. Literal, aunque con escalera. Meto la guía desde una caja esperando sacarla por un interruptor. Después de casi diez metros dentro no se ve salir… y la habitación tiene tres de ancho. Cagüensos, ¡¿dónde está la guía?! Raro, raro, como mínimo.
Acabo abriendo un agujero en el flamante techo de pladur nuevo. Finalmente logro reconducir la situación, pero me cuesta un buen rato y el techo hay que repararlo. ¿Por qué no pasaba la guía? Porque un lumbreras había unido dos tubos en su recorrido sobre el falso techo, ¡simplemente rodeándolos con cinta aislante! No se deben unir tubos, pero si se hace hay otra forma para que a la mínima no se separen…
El tercer día me vuelvo a divertir. En cuanto toqueteo mínimamente el tubo que llega a un enchufe…¡ffssss! Ya no está. ¡¡Me cago en su p.. madre!! Lo han metido por la cámara, no por una roza, y no lo han dejado fijado al cajillo con un poquito de espuma o yeso. El tubo está ahora como Sandra Bullock en Gravity, perdido en el espacio. Me toca abrir otro agujeraco, esta vez en tabique y no en pladur. Si una simple roza en pared de gotelé se nota, imagina al dueño cuando vea cómo queda esto reparado…ahhh, que el dueño soy yo. Me cago en tó.
Un electricista, como mínimo, se mosquea tela con estas cosas. Si el albañil es un compañero se quejará al jefe común, o quizá baste mandarlo al carajo cuando lo vea. Pero ahí quedará la cosa para ti, querido inversor. Porque ellos solucionarán el conflicto y dejarán reparados pared y techo. ¿Tú qué sabes? Tú solo pagas y ves el resultado.
Pero si, además del que pone la pasta, tienes puesta la gorra de coordinador de gremios…¡ay amigo! El litrite pondrá la cabeza como un bombo, seguramente te pida más dinero por el tiempo extra, y luego tendrás que hablar con el albañil para que repare los deperfectos.
Y el albañil te puede decir…”Yo?! No, no. He seguido exactamente lo que me dijo para colocar los tubos, se equivocó él; ya lo decía yo…y nunca empalmo los tubos, eso es que ha sido muy bruto con la guía. Y el tubo del enchufe, dejé 10 cm fuera…¡ha sido el electricista el torpe que lo ha metido otra vez! Si tengo que reparar la pared lo cobro aparte.”
Y no entro en el tiempo que esto puede retrasar la reforma. Porque el pintor no empieza hasta que cierren esos agujeros, y el albañil ya ha empezado otra reforma, y…joder, ¿quién me dijo a mí que eligiera los industriales por separado?
A veces ahorrar dinero te trae algún disgustillo. Me acuerdo de Javi. Trabaja en una empresa de reformas y es el típico manitas que le da a todos los palos. Tengo cierta confianza con él. El tipo es bueno…pero es un trabajo muy físico el suyo. Hace mucho calor. Y le encantan las bebidas energéticas. Baja al chino dos o tres veces al día para comprar una lata de Monster.
Se gasta 1,70 € en cada latita. Un día le digo…”Javi, en el supermercado cuestan la mitad…¿por qué no te compras varios y te traes los que te vayas a beber en una neverita de esas fresquitas? Con los que tomas te ahorrarías 40 pavos al mes como mínimo”. Para él eso no es despreciable, tiene un sueldo básico. Y por las tardes complementa con chapús a 12 euros la hora. Más calor. Más esfuerzo. Quizá más Monsters…
Y me dice…”Aro, aro, aro…¡¡Enseguía!! Cualquiera mete eso en mi casa. Mi mujer me mata”. Ostras…por lo que se ve la mujer lo tiene frito, y con razón. “Te va a dar algo. ¡No te tomes más la mierda esa!”
O sea, que ahorrar dinero en este caso conlleva un marrón. Igual que coordinar reformistas.
A menos que sepas cómo se hacen las cosas, dónde acaba la responsabilidad de uno y empieza la del otro. Y le pongas con asertividad los puntos sobre las íes al albañil del ejemplo, que aún siendo terco se callará y reparará los desperfectos rápido. Aunque si sabes, al menos dos de los tres problemas los hubieras anticipado…
Y tiempo y ganas, claro, porque tendrás que involucrarte, que a veces parece que el tiempo de uno no cuenta.
Si no sabes, mejor contrata todo junto y aprende J
Felices reformas. ¡Aaaaadiós!
P.D. Si quieres saber más de ellas, visítame aquí